Horrea y almacenamiento en los puertos romanos atlántico-mediterráneos

Laburpena

El crecimiento exponencial del tráfico portuario en particular y de la economía en general durante los primeros compases del Imperio trajo aparejado una notable expansión y modificación de los núcleos urbanos controlados por Roma. De este modo, las grandes ciudades portuarias se convirtieron en nodos conectores de un sistema de comercio y comunicación que resultaba vital para el crecimiento y sostenimiento no solo de la maquinaria estatal sino de las propias élites locales y provinciales, las cuales se vieron ampliamente beneficiadas del florecimiento económico. En este punto, las infraestructuras portuarias y especialmente los horrea de los grandes núcleos urbanos como espacios de gestión, almacenamiento y compra-venta de productos, cobrarán una importancia capital, multiplicándose sus ejemplos a lo largo de todos los frentes portuarios que se estaban desarrollando. Aspectos como la propiedad de estos espacios polifuncionales, su gestión, administración y el rol que desempeñaron tanto en el sistema de tráfico annonario como en el comercial siguen siendo difíciles de concretar actualmente, aunque su funcionamiento parece ajustarse al mismo modus operandi constatado con otros colectivos como los collegia navicularii, negotiatores o mercatores.