Enseñar a estudiar para mejorar el aprendizaje en el Grado de Medicina
- Urrizola-Martínez, Amaia
- Leire Arbea Moreno Director/a
- Raúl Santiago Campión Director
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 22 de diciembre de 2022
- Marta Ferrer Puga Presidente/a
- Alfredo Gea Secretario/a
- Joan Vilalta Franch Vocal
- Alfredo Prieto Martín Vocal
- Beatriz Gal Iglesias Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En los últimos años han tenido lugar grandes avances en el ámbito de la psicología cognitiva y la neurociencia acerca de cuál es el mejor modo de aprender y de abordar la enseñanza, no obstante, estos no se han visto traducidos en cambios en el ámbito docente universitario. Múltiples estudios muestran que las estrategias de estudio (EE) más eficaces no se conocen, y en consecuencia, no se emplean. Por el contrario, las menos eficaces son las más conocidas y empleadas por los alumnos de pregrado y los alumnos que cursan el grado de Medicina. Asimismo, la formación en el grado de Medicina no está estructurada teniendo en cuenta el olvido, y las exigencias en cuanto a la cantidad de materia a retener y las limitaciones de tiempo no facilita que los alumnos adopten las EE y el enfoque de aprendizaje (EA) adecuados. La evidencia muestra que un EA profundo, el compromiso del estudiante (SE por sus siglas en inglés Student Engagement), la motivación o valor intrínseco (VI) y la autorregulación (AR) se asocian con mejores resultados académicos. Finalmente, la metacognición, es clave para lograr un aprendizaje adecuado y especialmente desarrollar un aprendizaje autodirigido y autorregulado que les permita convertirse en estudiantes para toda la vida. En base a la evidencia disponible, se realizó un estudio de intervención en estudiantes del grado de Medicina de la Universidad de Navarra de segundo y tercer curso (cursos preclínicos) en el que se les formaba acerca de cuáles son las EE más eficaces, la neurobiología del aprendizaje, la metacognición y la AR con la intención de mejorar su aprendizaje y los resultados académicos. Se evalúo el EA, el SE, el VI y la AR, así como los resultados académicos, de modo previo y un año tras la intervención. Los datos basales objetivaron que el EA profundo es el predominante en los estudiantes de Medicina, y que estos presentan un alto nivel de compromiso (SE), AR, y muy alto VI. Para evaluar la correlación con los resultados académicos, se estratificó la muestra de alumnos en aquellos con resultados por encima de la media y aquellos por debajo de la media. Los alumnos con resultados académicos por encima de la media se caracterizaban por motivaciones y EE que buscan garantizar la comprensión por encima de la memorización pasiva y consideraban que el estudio podía hacerles experimentar un profundo nivel de satisfacción personal. Además, mostraban un mayor nivel de compromiso y resolución para aprender de sus errores y continuar con el estudio a pesar del aburrimiento o la dificultad de este. En cuanto a las EE, al igual que en otros estudios, las más conocidas y empleadas fueron releer, subrayar y resumir, que a su vez eran las menos efectivas. Las EE más efectivas en lograr un mejor rendimiento académico fueron la metacognición, tomar notas siguiendo el método de Cornell, el empleo de imágenes basadas en el texto y la interrogación elaborativa. Finalmente, los alumnos se estratificaron en aquellos con una adherencia alta o media-baja a las recomendaciones basadas en la evidencia de la intervención. Los alumnos con una alta a adherencia presentaban de modo basal una puntuación más alta en cuanto al EA profundo, el SE, el VI y la AR, aumentando estos valores durante el seguimiento. Asimismo, estos alumnos mejoraron de modo significativo sus resultados académicos a nivel individual y respecto al curso académico en comparación con aquellos con una menor adherencia, a pesar de que no existían diferencias basales entre ambos grupos. Adicionalmente, los alumnos con alta adherencia incrementaron durante el seguimiento el uso de las EE más eficaces y redujeron el uso de las menos eficaces. La universidad y la formación de pregrado deben favorecer la adquisición de hábitos de estudio basados en la neurobiología del aprendizaje ya que se asocian con mejores resultados académicos y puntuaciones más altas en dimensiones claves para un aprendizaje apropiado.