Brechas y retos para una cultura participativa en NNAun análisis desde el Trabajo Social con enfoque de género.

  1. Sofía Montenegro Leza
  2. Esther Raya Díez
Libro:
Actas del VIII Congreso de la Red Española de Política Social (REPS)[Recurso electrónico]: Cuidar la vida, garantizar la inclusión, convivir en diversidad:consensos y retos. Celebrado los días 15, 16 y 17 de marzo de 2021 en Bilbao.
  1. Amaia Izaola Argüeso (coord.)

Editorial: Universidad del País Vasco = Euskal Herriko Unibertsitatea

ISBN: 978-84-1319-369-4

Año de publicación: 2022

Páginas: 1343-1357

Congreso: Congreso de la Red Española de Política Social (8. 2021. Bilbao)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La participación en sociedades complejas y tecnológicamente avanzadas es un reto presente y futuro para la consagración de los Derechos Humanos. Para su desarrollo se requiere de una cultura participativa que promueva las condiciones necesarias para la participación y que capacite a los sujetos en las competencias requeridas. Las nuevas tecnologías ofrecen herramientas al servicio de la participación, aunque no son suficientes por sí mismas como garantía del desarrollo de una cultura participativa tal y como se está evidenciando a consecuencia de la COVID -19. En el artículo se muestra, por un lado, la existencia de una brecha de participación por razón de género, a partir de la consulta de fuentes secundarias. Y, por otro lado, se presentan los retos para la participación de la población infanto juvenil identificados, a través del análisis de caso mediante la descripción de una experiencia participativa en el marco de una colaboración con el Gobierno de La Rioja para la puesta en marcha del IV Plan de Infancia y Adolescencia. Para la realización de la consulta a los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNA), la metodología seguida ha combinado técnicas de investigación social a través de tres agentes: centros educativos, entidades del tercer sector y redes sociales. Tras el análisis, se concluye que la población infantojuvenil debería ser colectivo prioritario para evitar brechas, especialmente por razón de género, siendo los centros educativos y las redes sociales, complementariamente a las políticas públicas, los canales clave para la consecución de una cultura participativa a partir de las herramientas del Trabajo Social.