El esfuerzo redentortrabajo y creación en Miguel de Unamuno

  1. Izarra Mendizabal, Teodoro
Dirigida por:
  1. Carlos Beorlegui Rodríguez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Deusto

Fecha de defensa: 21 de noviembre de 2015

Tribunal:
  1. Pedro Ribas Ribas Presidente/a
  2. Manuel María Urrutia León Secretario/a
  3. Mercedes Acillona López Vocal
  4. José María Aguirre Oraá Vocal
  5. Joseba Agirreazkuenaga Zigorraga Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El trabajo “El esfuerzo redentor: Trabajo y creación en Miguel de Unamuno” pone en valor filosófico, esto es, ontológico, antropológico y ético la noción de esfuerzo en Unamuno. En el caso de Unamuno este valor es esencialmente religioso. Desde el punto de vista antropológico si a ningún mortal le es dado permanecer al margen del esfuerzo, en el ser humano la actividad es consciente y muta en trabajo. El estudio que presentamos da cuenta de que en Unamuno el trabajo esforzado es el medio por el que el hombre salvando sus carencias anatómico fisiológicas y con el empleo de útiles hace del mundo su morada. El trabajo resalta lo que de antecedentes de A. Gehlen tiene la posición de Unamuno. Desde el punto de vista ontológico, se pone de manifiesto que en el hombre el esfuerzo es el movimiento profundo que su naturaleza realiza para salir de su desamparo ontológico. En el esfuerzo se patentiza el afán de plenitud que hay en el hombre, se descubre la condición de limitado y finito del hombre que aspira al infinito. En el esfuerzo se descubre una insatisfacción ontológica, descubrimiento de la contingencia y limitación, y también una insatisfacción psicológica provocadora de frustración y angustia. El trabajo subraya que en Unamuno, al contrario que en la mayoría de los existencialistas, el esfuerzo pone al descubierto que la vida en el hombre tiene sentido y apunta a su finalidad, salir del desamparo y acceder a la plenitud. La Tesis proclama que toda la obra de Unamuno tiene como objetivo evitar el anonadamiento, o, lo que es lo mismo, superar la muerte, y trata de analizar los medios de que se vale: el esfuerzo salvador a través del trabajo y la creación poética. Precisamente la tarea primordial del trabajo humano es evitar el anonadamiento haciendo posible lo que aún no es, por su parte la tarea fundamental de la palabra poética, según palabras de Unamuno, es la “creación del yo como conciencia”. El trabajo presentado pretende subrayar la significación ontológica del esfuerza y sus manifestaciones humanas, el trabajo y de la creación poética como fundadores de realidades. Así, el trabajo mundano resuelve el problema de la supervivencia, y la inspiración poética patentiza el yo como conciencia y necesidad de sobre-vida. Ésta es la tarea ética, para Unamuno, impulsar la vida hacia su plenitud. El trabajo quiere dejar patente que nada de lo anterior tiene sentido sino es en clave religiosa. Se quiere poner de manifiesto que en Unamuno al igual que en San Agustín la tarea ética, sólo tiene sentido porque el esfuerzo responde al afán de infinito ínsito en el hombre, el esfuerzo es respuesta a la vocación, la llamada de Dios, para dar finalidad humana al Universo. El hombre se hace agente co-creador y en la tarea descubre a Dios. Se alumbra la esperanza, ahora el decir sí a la vida, que el esfuerzo humano supone, es decir sí a lo divino del hombre. La Tesis presentada se divide en tres partes. En la primera parte se dibuja una antropología del trabajo, en la que, junto a la tradición judeocristiana del “Génesis” y la grecolatina de Hesíodo, la concepción unamuniana aparece como deudora de la medieval cristiana. Se repara que la naturaleza edénica y el hombre tenían una relación perfecta, en la que el trabajo era superfluo, pero se produce la caída y la obligación penosa de trabajar. En este horizonte se alza la concepción unamuniana, que entiende el trabajo como constitutivo del hombre, conectado con el esfuerzo que lo hace posible. La Tesis se detiene en las raíces euskérikas del concepto esfuerzo, como ahal egin, esto es, como hacer posible (que es) su traducción literal. Esta concepción de esfuerzo, como posibilidad realizada, está también presente en otro gran pensador vasco, Zubiri. Se nos revela el esfuerzo como puesta en práctica de la libertad, como creador de posibilidades. La posibilidad en sentido kantiano, ligada a la realidad existencial, es apertura al futuro, esto es, en términos unamunianos incertidumbre, apuesta y compromiso: responsabilidad esperanzada. El esfuerzo, en su manifestación primigenia, sería la dynamis original de la naturaleza creada. Dynamis que en su despliegue se transforma en ahal-egin, esfuerzo voluntario creador de novedades. El trabajo esforzado como superación de la limitación vital se nos presenta como nota definitoria del hombre y se sostiene en la fortaleza. La creación poética, por su parte, como apertura al futuro y posibilidad de ser, y ser más, se sustenta en la Fe, Esperanza y Caridad. Todas estas consideraciones se tratan en los tres primeros capítulos que completan la primera parte. La relación hombre/naturaleza, mediada por el trabajo, se transforma en yo-mundo y se convierte en impulso ético de concientización del universo, impulso que, partiendo del dolor por la indigencia original, trata de superar ésta y evitar la aniquilación. El esfuerzo laborioso se convierte ahora en voluntad creadora que será el objeto de estudio de la segunda parte de nuestro trabajo, que corresponde al capítulo IV. La segunda parte se inicia con la transición de. la moral del trabajo a la fe heroica de Don Quijote, en la que se identifican creer y crear; pues Don Quijote sabe quien es y quién quiere ser: “yo sé quién soy“. En esta afirmación se nos plantea la cuestión del destino de nuestra conciencia como aspiración a lo eterno, que se sostiene en el amor y se formula en el imperativo ético unamuniano: “obra de tal modo que no merezcas morir”. El esfuerzo por ser el que quiero ser remite al problema de la personalidad, tratado en el Capítulo V, y éste, el de la personalidad, al de la relación de ésta con el personaje vivido que remite a la de la relación creatura y creador. Desde esta perspectiva se estudian dos personajes clave en la narrativa unamuniana , que ejemplifican la voluntad de ser: “La Tía Tula” y “San Manuel Bueno”, en las que el esfuerzo amoroso por cumplir con su vocación, les redime. Esto nos abre paso a la última parte, en la que el impulso ético se resuelve en clave religiosa, siguiendo la consideración de Unamuno de la religión como “la concientización de la naturaleza”, para acabar señalando que la esperanza escatológica tiene su justificación en el requerimiento que supone el hombre de Dios, siendo éste tanto tractor como resultado del esforzado afán humano.