Meta-auto-bio-grafia en Benjamin Jarnes

  1. LUENGO GASCON, ELVIRA
Supervised by:
  1. José Ángel Blesa Lalinde Director

Defence university: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 11 December 2008

Committee:
  1. María Victoria Sotomayor Sáez Chair
  2. Juan Carlos Pueo Domínguez Secretary
  3. Rosa Tabernero Sala Committee member
  4. Miguel Ángel Muro Munilla Committee member
  5. Alfredo Saldaña Sagredo Committee member

Type: Thesis

Teseo: 188261 DIALNET

Abstract

Benjamín Jarnés, perteneciente a las vanguardias históricas, hoy es considerado clásico moderno. La escritura de ficción autobiográfica abarca en el autor, una estética literaria integral, de experimentación metafictiva a través del desarrollo teórico y práctico de una amplia variedad de géneros como la novela, el ensayo de teoría y crítica literaria, la biografia, el cuento y el aforismo.`,Se suman, además, los géneros íntimos: la epístola, el diario o la confesión, que colaboran en la demostración de la escritura autobiográfica. Igualmente ocurre en los géneros poéticos, en los que se cumple aquello que afecta a toda su obra: la autoficción junto al desarrollo de teoría y práctica en ejecución como razón vital. El valor prioritario que el fragmento tiene en la creación jamesiana hace de nuestro autor un precursor de los escritores de la posmodernidad (Barthes, Maurice Blanchot). En Jarnés, la vida es texto que se escribe como pasión estética. Para que haya autobiografia, según destacaba Lejeune, (1998), es necesario que coincidan la identidad del autor, la del narrador y la del personaje. Cuando existe esa identidad de nombre, la identificación es el fruto de un pacto autobiográfico, o contrato de lectura como señala José María Pozuelo. Y en la escritura de autoficción jamesiana existe la voluntad de volverse a construir, de recrearse. El término Auto-Tanato-Meta-bio-grafia (aplicado ya por los críticos de Derrida) se compone de cinco partes y todas podrían cambiar de lugar con libertad. En esta frase fragmentada, en cada pareja que creamos, no falta la graphé, la escritura del Yo, de la vida, de la muerte, o del propio código al que nos enfrentamos, cara a cara. Constituye, quizá, esta sucesión de signos, no sé si un bello aforismo, pero sí un compendio de brevedad, síntesis, fragmentación y sentido, que quiere abarcar esa totalidad jarnesiana