Michael Fried y el debate sobre el formalismo norteamericano

  1. Díaz Soto, Silvia
Zuzendaria:
  1. Antonio Miguel López Molina Zuzendaria
  2. Guillermo Solana Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2009(e)ko ekaina-(a)k 22

Epaimahaia:
  1. Estrella de Diego Otero Presidentea
  2. Ana María Leyra Soriano Idazkaria
  3. Simón Marchán Fiz Kidea
  4. Jesús Carrillo Castillo Kidea
  5. Francisca Pérez Carreño Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Abordamos la relación del historiador y crítico de arte Michael Fried con la tradición formalista en teoría del arte, caracterizada, en sus orígenes decimonónicos y centroeuropeos, por su concepción sensorialista y su tendencia a diferenciar las artes. En el ámbito anglosajón se considera al crítico noreamericano Clement Greenberg representante principal de un “formalismo de tipo norteamericano”, con militancia “modernista” en favor de una línea selecta de arte moderno en continuidad con la tradición. Fried plantea un debate sobre el formalismo y el modernismo, a raíz de su diálogo con el filósofo existencialista y vitalista Stanley Cavell. En la posición formalista de Greenberg en la década de 1960, afloran los problemas del formalismo con las paradojas de su teoría esencialista del medio y de su teoría reduccionista de la modernidad artística, y su concepción pictoricista de las artes plásticas, basada en la categoría de “opticidad”. Vemos la base ontológico-ética de la reflexión estética temprana de Cavell en una reacción al escepticismo que pretende reconducir la filosofía y el arte al ámbito vital de lo “ordinario”, su teoría pluralista del medio artístico y su concepción moralista de las tareas del artista y el crítico. De Fried, examinamos su teoría convencionalista e historicista del medio y la modernidad artísticos; su explicación del origen del arte moderno en una “tradición antiteatral”; su debate contra el “literalismo”; su defensa de lo proximal, multisensorial y corpóreo frente a la “pura opticidad” formalista; su primado de una modalidad temporal durativa en pintura; su semántica, que atribuye expresividad antropomórfica a la obra de arte; la duplicidad de las miradas cercana y distante en la recepción; el papel de automatismo y subjetividad en la creación; y finalmente, su concepción judicativa de la crítica y su método historiográfico, hermenéutico y antipositivista, opuesto al enfoque morfológico formalista. Concluimos caracterizando la posición de Fried como “expresionista”, y su proyecto como un “modernismo sin formalismo”.