Feminidad, religión y poder local. Una aproximación a la génesis y evolución del convento de santo Tomás de Villanueva (siglos XVII y XVIII)

  1. Ceballos Guerrero, Antonio
Dirigida por:
  1. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 08 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Inmaculada Arias de Saavedra Alías Presidente/a
  2. Francisco Sánchez-Montes González Secretario/a
  3. Ángela Atienza López Vocal
  4. José Jaime García Bernal Vocal
  5. Teófanes Egido López Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El estudio de la mujer en época moderna es un campo de sumo interés dentro de la historiografía actual. Nuestro objetivo en este trabajo ha sido interrelacionar el concepto de feminidad con el de religiosidad y estos, a su vez, con el entorno social. Para alcanzarlo hemos tomado como vehículo la reconstrucción de la historia del convento de Santo Tomás de Villanueva de Granada. El hecho de que esta comunidad se iniciara como un beaterío ofrecía los atractivos suficientes para desentrañar las motivaciones individuales, propias y ajenas, los mecanismos grupales y las estrategias familiares que interactuaban desde sus orígenes hasta comienzos del siglo XIX. Durante la primera etapa de esta comunidad como beaterío hemos podido establecer una serie de características. Una de ellas es la diversidad de formas y de adaptaciones personales que se dan en el mundo religioso femenino del siglo XVII; otra, que diversas condiciones existentes para el ingreso en los conventos se asimilan y reproducen en este beaterío (sociales, económicas, de régimen interno, etc.), aunque, en ocasiones, utilizando alternativas distintas. También que los distintos grupos sociales pugnan por el control de estas congregaciones, con unos objetivos de proyección y de representación social en los que los conceptos de clase y de linaje se encuentran muy presentes. Así, el estado religioso es una forma vital aceptada, incluso deseada, por un segmento importante de las mujeres. El estudio de la conflictiva transición de beaterío a convento ha puesto de manifiesto la rivalidad de intereses en el estamento eclesiástico. Tanto el clero regular como la jerarquía secular, compiten por situar estas congregaciones bajo su jurisdicción, alentando la segunda el cambio al estatus conventual bajo la justificación de una mayor perfección del estado religioso. Pero este cambio no solo ha revelado la conflictividad intraestamental, sino también la interestamental, esto es, el celo con que los distintos poderes sociales se afanan en la defensa sus intereses, tomando como pretexto cualquier situación para exhibir sus competencias. No podemos olvidar la existencia de personajes de diversa influencia social, seglares y religiosos, sin cuya actuación, favorable o contraria, serían incomprensibles estos procesos de cambio. Su influencia en cualquier oquedad de la administración, civil o religiosa, no solo los explica, sino que también muestra la permeabilidad del sistema legal. La consolidación del estatus jurídico conventual de Santo Tomás nos ha permitido apreciar el rol de la mujer como correa de transmisión de los intereses familiares y grupales. Un protagonismo que, en nuestro caso concreto, tiene su epicentro en los funcionarios inquisitoriales. Si bien la representación de las mujeres pertenecientes a este colectivo es significativa a lo largo de casi siglo y medio, su número no justifica presencias tan prolongadas en la cúpula conventual. Hemos indagado en las causas que pueden justificar tan prolongados periodos de representación inquisitorial, concluyendo que obedecen tanto a motivaciones ideológicas como económicas. Finalmente, debemos apuntar que hemos analizado la evolución de diversas variables intraconventuales a lo largo de los siglos XVII, XVIII y comienzos del XIX: fábrica, evolución jurídica, economía, aspectos médicos, rituales, muerte, etc. para concluir con la implantación en que tuvo en Andalucía la Orden Agustina Recoleta femenina partiendo de este humilde beaterío granadino. El estudio que presentamos proporciona una óptica desde la que es posible percibir a la mujer, dentro de un mundo subordinado a lo masculino, como poseedora de unos roles específicos al servicio de los intereses familiares y grupales. Pero también como sujeto de iniciativa personal, capaz de desarrollar estrategias complejas y mecanismos para su logro, aunque a falta de la instrucción necesaria para alcanzar una completa autonomía.