Detrás de la realidad aparentepersonaje y entorno en la novela de Clara Sánchez

  1. García Llamas, María Belén
Dirixida por:
  1. Julio Neira Director

Universidade de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 15 de xaneiro de 2016

Tribunal:
  1. José Nicolás Romera Castillo Presidente/a
  2. Carmen Valcárcel Secretario/a
  3. Miguel Ángel Muro Munilla Vogal

Tipo: Tese

Resumo

Clara Sánchez se ha hecho imprescindible en el panorama de la narrativa actual. Lleva publicadas ya once novelas y es autora de cuentos, ensayos y artículos. Aparece en los medios de comunicación y en la Red. Su obra, que interesa a críticos y a lectores, ha obtenido los premios de narrativa más importantes de nuestro país. Por todo esto resulta necesario que se realicen estudios en profundidad sobre su obra. Mis fuentes han sido variadas: publicaciones especializadas, medios de comunicación y, por supuesto, Internet. La postmodernidad es la expresión de nuestra experiencia cotidiana; la obra de Clara Sánchez se inscribe en ese marco vital de intersecciones literarias, socioculturales, políticas y económicas que describe la existencia como algo inestable, frágil, fragmentario, doloroso, aparente. El ciudadano esquizofrénico es incapaz de saber quién es; la modernidad no cumplió lo que le prometió, un orden social, moral y económico estable y seguro. Por ser el postmodernismo de naturaleza heteróclita, este trabajo recoge aportaciones de teóricos de varios campos (la filosofía, la ciencia, la sociología, la política, la literatura, el arte) como Walter Benjamin, Roland Barthes, Jean Baudrillard, Zigmunt Bauman, Frederik Jameson, Umberto Eco, Milan Kundera, Ítalo Calvino y un largo etcétera. Clara Sánchez está escribiendo en un momento de la historia de España muy concreto. Por eso hay en mi trabajo una breve panorámica de la novela española de las últimas décadas y un recorrido por los hechos vividos desde la Transición hasta nuestros días, con sus beneficios evidentes y sus anomalías inexcusables. Clara Sánchez muestra la vulnerabilidad extrema del "yo", casi siempre desde el anclaje de la visión femenina, acostumbrada a ser cuestionada y a cuestionárselo todo. Su escritura halla el tono que necesitan sus personajes, que mezcla lo culto y lo popular con humor e ironía. La contradictoria realidad se refleja en su naturaleza narrativa, producto híbrido que combina el thriller, la novela de crecimiento, la sentimental, la de la falsa autobiografía y la de suspense, entre otras. La historia se cuenta como un viaje mítico a través de una memoria muy personal que, por serlo, está necesariamente fragmentada y tiene zonas de olvido y oscuridad. La ciudad es un espacio de resonancias literarias y mitológicas. Los personajes transitan desesperados por no-lugares, sin mapas ni brújulas. El consumo constituye la nueva religión; sus templos son los centros comerciales. Estamos en un teatro. Una actriz representa a una mujer desesperada que deambula, sonámbula, por un laberinto sin salida. Los efectos luminosos representan auroras, noches oscuras, días azules de playa, melancólicos crepúsculos, gris urbano. La actriz persigue la luz, que se desvanece cuando se aproxima a ella, en un vano intento por descubrir la verdad. La actriz se desplaza a una velocidad suicida e irreflexiva. Aparecen seres mágicos y otros que representan gente normal. El personaje principal interpela a los personajes, pero no la oyen porque viven enajenados en sus propios laberintos. Sin embargo, el público asistente -el lector- comprende muy bien qué está viendo -qué está leyendo-: nada más y nada menos que su propia perplejidad, su propio miedo. Clara Sánchez no es una escritora realista ni costumbrista; penetra en la realidad desde lo emocional. Sus personajes no son héroes en un sentido clásico, pero a su manera lo son; deben sobrevivir en un entorno tan desfavorable como el de nuestra sociedad. La autora nos propone acciones para salir del laberinto: la recuperación de la memoria personal y colectiva y la solidaridad entre generaciones; la reconstrucción de los vínculos aprendiendo a ver, abriendo bien los ojos para desechar la mentira, el simulacro. Así, tal vez, se reencuentre el lenguaje capaz de nombrar una nueva conciencia del "yo" y de la existencia.