Violin music in mid-18th-century Madrid: Contexts, genres, style stars

  1. Lombardía González, Ana
Dirigida por:
  1. Miguel Angel Marín López Director

Universidad de defensa: Universidad de La Rioja

Fecha de defensa: 18 de septiembre de 2015

Tribunal:
  1. Juan José Carreras López Presidente
  2. Pablo L. Rodríguez Fernández Secretario
  3. Rudolf Rasch Vocal
Tesis doctoral con
  1. Mención internacional
Departamento:
  1. Ciencias Humanas

Tipo: Tesis

Repositorio institucional: lock_openAcceso abierto Editor

Resumen

El siglo XVIII fue clave para la consolidación de una nueva forma de componer para el violín en toda Europa. Hasta ahora, se han realizado investigaciones sobre compositores y géneros determinados, pero los estudios globales sobre el uso de este instrumento en ciudades concretas son escasos. En el caso de Madrid, algunas investigaciones en español prestan atención al incremento de composiciones para violín ocurrido hacia la década de 1750, y existen algunas ediciones musicales. Sin embargo, no se ha profundizado en el estilo de esta música ni en el proceso que condujo a su composición y consumo. Además, este repertorio es prácticamente invisible en la literatura internacional. Este estudio ofrece por primera vez una visión global de la música para violín compuesta e interpretada en Madrid entre ca. 1730 y ca. 1776, discutiendo su relativa importancia en los contextos nacional e internacional. Partiendo de mas de 170 fuentes musicales, de las cuales más de 40 eran prácticamente desconocidas hasta la fecha, se combinan tres líneas de investigación principales: los contextos de composición e interpretación, la configuración de géneros musicales y el análisis del estilo. El estudio se completa con tres apéndices que incluyen descripciones de las fuentes musicales localizadas, la edición critica de ocho obras inéditas y un video mostrando la recuperación practica de una de ellas en la actualidad. En el periodo estudiado, los géneros para violín mas populares en Madrid eran la sonata para violín y acompañamiento y el trío para dos violines y acompañamiento. También tenían demanda el dúo de violines, la obertura para pequeño conjunto, el concierto a solo y el concierto para conjunto. Las obras localizadas, que ascienden a un total de 163, fueron compuesto por una veintena de compositores, incluyendo aproximadamente el mismo numero de italianos (como Mauro D'Alay y Francesco Montali) y españoles (como José Herrando), entre otras nacionalidades. Estos músicos trabajaban para prestigiosas instituciones (como la Real Capilla), y mecenas privados, incluyendo a miembros de la familia real (como Elisabetta Farnese), otros miembros de la corte (como Farinelli), aristócratas (como el XII Duque de Alba) y diplomáticos extranjeros (como el barón sueco Carl Leuhusen). El análisis sistemático de estas 163 obras (que contienen mas de 400 movimientos en total) muestra la asimilación en Madrid de tendencias compositivas paneuropeas, como son el uso de ciclos de movimientos estandarizados, formas de sonata, tópicos de danzas, una técnica instrumental idiomática y una escritura melódica al estilo galante. Los principales modelos para estas composiciones parecen haber sido italianos, como era habitual en otras capitales europeas. Se detectan paralelismos no solo con Arcangelo Corelli, cuya recepción en España era ya algo conocida, sino también con compositores cuyo impacto en este país no había sido abordado anteriormente, como Antonio Vivaldi, Giuseppe Tartini, Pietro Antonio Locatelli y Giovanni Battista Sammartini. Esta similitud estilística confirma que el repertorio que estaba de moda internacionalmente fue introducido en Madrid relativamente pronto, como muestran los inventarios de bibliotecas privadas locales desde la década de 1730. También se estudia la música de danza interpretada con violín en el Madrid de mediados del XVIII, cuyos modelos eran principalmente franceses, predominando los minués y las contradanzas. Este repertorio, normalmente relegado a una posición secundaria en los estudios sobre música instrumental, tuvo, sin embargo, una gran importancia social en la época. De hecho, era muy demandada tanto en ámbitos públicos como privados. La música de danza resulto fundamental para la difusión de la interpretación del violín entre las clases medias. En 1760, los compradores de publicaciones violinísticas de la ciudad eran unas 200 personas que consumían no solo piezas de danza, sino también tratados didácticos y obras de cámara. Antes de 1776 se habían publicado en Madrid quince colecciones de sonatas, dúos y tríos para violines, pese a la escasa impresión de música instrumental en España. Además, algunas colecciones de música para violín de compositores activos en la capital española fueron publicadas en Londres y Paris. Esta intensa asimilación de nuevos estilos, géneros y practicas de consumo musicales sentó las bases para una integración mas profunda de Madrid en el mercado musical europeo, que se intensifico a partir de 1770. Así, la música para violín jugo un papel central en la actualización de la música instrumental cultivada en España durante el llamado "siglo XVIII central", y retrata a Madrid como un centro musical dinámico y al día de las últimas tendencias internacionales. Además, este estudio aporta nueva luz sobre la circulación de repertorio para violín entre España y otros países europeos, en especial Italia, pero también Alemania o Suecia, mas alejados de su ámbito de influencia político-cultural. La música para violín compuesta en Madrid alcanzo también relativamente rápido países de Hispanoamérica como Bolivia y Méjico, lo que abre nuevas vías para la investigación.