Naufragar en lo infinitoLa dimensión religiosa en el pensamiento de Nietzsche

  1. Medrano Ezquerro, Juan Manuel
Dirigida por:
  1. José María Aguirre Oraá Director

Universidad de defensa: Universidad de La Rioja

Fecha de defensa: 05 de mayo de 2014

Tribunal:
  1. Isidoro Reguera Pérez Presidente/a
  2. Luis Garagalza Arrizabalaga Secretario/a
  3. Castor M. M. Bartolomé Ruiz Vocal
Departamento:
  1. Ciencias Humanas

Tipo: Tesis

Repositorio institucional: lock_openAcceso abierto Editor

Resumen

La intención principal de la tesis es explorar aquellos aspectos del pensamiento de nietzsche que se acercan al cristianismo, tanto en lo que podemos llamar contenidos «explícitos», como en la «estructura», para nosotros claramente escatológica, de su pensamiento. Entendemos que todo el Nietzsche «anticristiano» ha sido suficientemente explicitado en cientos de estudios y se ha convertido en el lugar común a la hora de situar las referencias de este poensador. Por ello nos pareció adecuado extraer todo aquel material de su pensamiento que ¿sin contradecir- el mencionado anticristianismo de Nietzsche, lo matiza profundamnete o, por decirlo con palabras de Karl Jaspers, hace emerger a la superficie una corriente profunda y poderosa, oculta sin duda por otra más conocida, que contiene numerosos puntos de referencia «cristianos», en el más amplio sentido de la acepción. Nuestro trabajo, coherentemente con este planteamiento, se ha movido en una doble dirección, lo que ha dado como resultado dos partes claramente diferenciadas en la tesis: una primera dedicada a esclarecer desde un punto de vista histórico-filosófico toda la filosofía de Nietzsche en relación con la «religión» en general y con el «cristianismo» en particular. Así, hemos recorrido los grandes conceptos y los grandes períodos de la reflexión nietzscheana sobre estos fenómenos: la moral, el fenómeno helénico de Dioniso, los «fundadores» del cristianismo (Jesús y Pablo), la «rebelión de los esclavos» en el ámbito moral en la Roma antigua, los fenómenos de la Reforma y la Contrarreforma, la llegada de las ideas ilustradas y la Modernidad y la figura, esencial, del sacerdote. La segunda parte es un recorrido por algunos pensadores que ¿bien en el ámbito de la filosofía o de la teología contemporáneas- han intuido las profundas imbricaciones de Nietzsche con la tradición cristiana. Evidentemente, solo hemos podido acudir a unas cuantas referencias, dado que la cantidad de intérpretes de Nietzsche es inconmesurable. Hemos recorrido, dentro de una teología fuertemente «filosófica» y existencial, tanto el pensamiento católico, ejemplificado en las figuras de Eugene Biser, B. Welte, Henri de Lubac y el español Olegario G. de Cardedal, como el «protestante», recurriendo a clásicos como K. Barth, W. Pannenberg o P. Tillich, y dedicando un capítulo aparte de especial importancia a la que en su día se llamó «teología de la muerte de Dios» (Van Buren,Vahanian, Hamilton y Altizer). Dentro de la filosofía contemporánea hemos acudido a aquellos pensadorers que, de una u otra forma, tienen una vinculación explícita o implícita con el cristianismo. Los hemos agrupado por el criterio «nacional». Así, de Alemania nos hemos ocupado de Heidegger, entendiendo que su influencia en la interpretación de Nietzche ha sido más que relevante, en Karl Jaspers y en Karl Löwith. Del ámbito francés nos hemos ocupado de Paul Valadier, Albert Camus y Jean-Luc Marion. Tres pensadores españoles clásicos nos han parecido enriquecer estos aspectos : Unamuno, Zambrano y Xavier Zubiri. Y, por último, hemos querido terminar este recorrido filosófico por tres pensadores «recientes» que aportan visiones de Nietzsche muy a propósito de nuestra intención. Ellos son los españoles Eugenio Trías, Andrés Ortíz Osés y el italiano Gianni Varttimo. Por último, en el Epílogo- nos hemos querido acercar a quienes un tanto forzadamente podemos considerar los «herederos» de Nietzsche, es decir, algunos pensadores situados en los ámbitos de la Hermenéutica y la Postmodernidad, y así retornar sobre la idea inicial, insistiendo en aquellos aspectos que conectan a Nietzsche con una tradición espiritual milenaria que no pudo desprender de sí, y que se resume en la tesis de Hannah Arendt de que Nietzsche no se conformó con postular un simple ateísmo amoral o solipsista, a la manera de Max Stirner, ni puramente «hedonista» a la manera de un Michel Onfray, sino que se empeñó -como los grandes «moralistas» que quiso combatir- en proponer «deberes» a la humanidad y en medir al hombre y a la sociedad con «unidades trascendentes», igual que había hecho el cristianismo.